Mi abuelita le contaba a mi papá que ella vivía en una finca
que se llamaba la clara por donde pasaba el gritón. En ese tiempo no había
energía eléctrica y que ella tenía que alumbrar con velas que las pegaba de las
paredes o en candelabros y las noches eran muy oscuras y tenebrosas, por lo
tanto se escuchaban muchos ruidos miedosos.
Ella le contaba a mi papá que a
esas de las doce de la noche escuchaba el gritón cuando gritaba arriba de la
cordillera y que los perros todos comenzaban a aullar y que sentía mucho miedo,
luego sentía al gritón que pegaba otro grito más abajo de la cordillera, en los pinos, y los perros mas aullaban, luego
decía ella que al momentico se escuchaba de nuevo el gritón cerca de la casa de
la finca donde ella vivía.
Mi mamita
vivía al pie de una quebrada pequeña que iba a desembocar a otra más
grande que quedaba más abajo y que se llama la quebrada de la clara. Entonces
el gritón pasaba por el lado de la casa de ella y que se sentía cuando pasaba
porque arrastraba cadenas como endemoniado y todos los perros detrás de él
aullando. Al momentico después de haber pasado por la casa de ella lo escuchaba
más abajo cuando gritaba en la desembocadura de la quebraita que pasaba por la
finca de ella, porque volvía a gritar.
Luego ella oía el último grito por el lado de Santa Rita, yendo para Angelópolis.
Ella contaba que lo oía muy frecuentemente y que un día se puso a rezar cuando
lo escucho cerca y que iba a pasar por el lado de la ventana donde ella dormía
y que se puso a rezar el rosario, pero cuando terminó de rezar el rosario
sintió que el gritón arranco de la ventana donde ella dormía y que se le
pararon todos los pelos y le dio mucho miedo porque el gritón estuvo ahí descansando
mientras ella rezaba y luego arrancó arrastrando cadenas y los perros de nuevo
aullando detrás de él.
Fin
Autor:
Juan Pablo Vásquez Correa