Vieron todo tipo de animales como: tigres, culebras
grandes, tucanes, jirafas, elefantes e hipopótamos; Lían estaba muy emocionado,
solo quería estar mirando y tocando a los animales, pero como no estaba
permitido tocar ni darles de comer se estaba sintiendo aburrido.
La familia luego de hacer todo el recorrido se fue a
comer un almuerzo muy rico y Lían aprovecho para escaparse de manera silenciosa.
Él primero fue donde los hipopótamos y les dio un poco de comida, los animales
se acercaron gracias a su inteligente idea, pero no se dio cuenta que con su
bolso había desajustado la puerta que encerraba a los hipopótamos y ellos
salieron detrás del niño por más comida; cuando los demás animales vieron esto
quisieron salir y así fue como se formo un gran desfile de animales.
Cuando la familia del niño se dio cuenta que no estaba
con ellos acudieron al llamado que los animales, de inmediato llamaron a los encargados
del zoológico, ya que tenían miedo de que se escaparan las culebras grandes. Ellos
para solucionar el problema fueron a encontrar a los animales más grandes y
luego se fueron por los menos peligrosos, pero fue muy complicado. Al terminar
este desfile el pequeño niño travieso les dio una nueva idea a los ciudadanos
del zoológico y era que los animales se aburrían estando encerrados, ellos no
podían ser libres y lo necesitaban; pero la mama de Lían lo castigo por una semana;
él no había quedado enojado, antes se sentía feliz por la lesión que había dado
a los cuídanos y su familia y colorado este cuento se ha acabado.
AUTOR: EMILIANA
VALENCIA GARCÍA