Llegaron a una casa sombría con
un pasillo que dirigía hacia un jardín
con una piscina. El humano se acercó a la piscina y arrojó a Moko dentro de
esta. Minutos más tarde la policía allanó la casa y encontró al delfín y esposo
al criminal. Luego en la cárcel le hicieron una entrevista preguntándole la
razón del robo del delfín; el sujeto ante la pregunta se vio severamente
avergonzado y confesó que había robado a Moko por falta de amigos y por las
ganas de tener un animal en casa, que
nunca había comprado un animal ya su padre había muerto y no podía comprar un delfín debido a que estaba pasando por una
terrible crisis económica. Dos
años después el hombre termino su condena por haber robado el animal; pero a cambio el alcalde lo recompensó con el trabajo como entrenador de delfines a nivel
municipal.
FIN.
AUTOR:
MARÍA CAMILA USUGA OSSA
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