Había una vez tres delfines
llamados Moko, Hatteras y Ben que siempre andaban peleando. Un día los entrenadores de los delfines
decidieron hacer un show en donde Moko, Hatteras y Ben iban a ser la atracción
principal. Los entrenadores se descuidaron y una de las personas que había
cerca llamo la atención de Moko; este se acerco cada vez más al humano quien
tenía la intención de llevárselo, cuando Moko ya estaba lo suficientemente
cerca el humano lo rodeo por el torso y lo sacó del agua llevándoselo fuera de su hábitat. En el
trayecto del camino el delfín se estaba quedando sin respiración debido a que
este es un animal acuático, pero el humano no estaba consciente del daño que le
estaba causando a Moko.
Llegaron a una casa sombría con
un pasillo que dirigía hacia un jardín
con una piscina. El humano se acercó a la piscina y arrojó a Moko dentro de
esta. Minutos más tarde la policía allanó la casa y encontró al delfín y esposo
al criminal. Luego en la cárcel le hicieron una entrevista preguntándole la
razón del robo del delfín; el sujeto ante la pregunta se vio severamente
avergonzado y confesó que había robado a Moko por falta de amigos y por las
ganas de tener un animal en casa, que
nunca había comprado un animal ya su padre había muerto y no podía comprar un delfín debido a que estaba pasando por una
terrible crisis económica. Dos
años después el hombre termino su condena por haber robado el animal; pero a cambio el alcalde lo recompensó con el trabajo como entrenador de delfines a nivel
municipal.
FIN.
AUTOR:
MARÍA CAMILA USUGA OSSA
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