Había una
vez un niño llamado pedro que vivía en una humilde casa con su mama, papa y hermano,
él siempre se levantaba a las 6: am para ir a estudiar, su papa siempre lo
llevaba a la escuela pero ese día no, porque se había enfermado.
El salió
de la casa muy tranquilo, pero a él siempre le daba miedo pasar por el bosque embrujado
porque decían que aparecía el duende malo llamado Jostin, hacía que la gente se
perdiera y no encontraran el camino que debían seguir, y esto le estaba pasando
a pedro, intento llamar a sus padres por celular varias veces, pero no tenía
señal. El niño se sentía muy asustado de estar solo y perdido y no sabía qué hacer, se puso a
llorar.
Pedro se sentó
junto a un árbol y sintió que algo le tocaba los pies, era un ratoncito muy
lindo y tierno que le pregunto al niño porque estaba llorando y le dijo que el
duende Jostin lo había extraviado del camino para llegar a la escuela y no sabía
qué hacer, pero el ratoncito lo consoló mucho y se hicieron amigos, el niño o
llamo Paco y no se separó de él.
Empezaron a caminar cuando de pronto vieron algo que
brillaba, era una luz que se les acercaba a ellos, les decía ¡tranquilos,
tranquilos! No teman, soy un hada madrina y me llamo dulce, ayudo a las
personas buenas como ustedes que no le hacen daño a nadie, los ayudaré a
encontrar el camino correcto; y así fue. Quedaron muy agradecidos con el hada.
El niño
llego a la escuela justo a tiempo, Pedro le conto a su familia lo que le
sucedió durante el camino y se quedó con su amigo Paco como mascota y fueron
muy felices.
Fin
Autor: Tatiana Gallego Urrego
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