Érase una vez, en el año 1.888 en la vereda de la Ferrería vivía un
adolescente muy grosero y no le hacía caso a su abuela, no hacía nada, no
ayudaba a su pobre abuelita, hasta que un día sufrió un ataque y murió, su
pobre abuelita quedó sola y al poco tiempo murió, por la triste soledad de no
estar junto a su nieto.
Desde esto el joven se presenta como un espíritu delgado, alto, con los
ojos rojos, con un tarro rojo donde guarda las almas de los drogadictos.
El Alma de la drogadicción ataca a los drogadictos que andan a tardes
horas de la noche y ataca quitándole su alma y metiéndolas en su tarro rojo.
Enseñanza:
no andar a tardes horas de la noche y no caer en el mundo de la drogadicción.
AUTOR: ANA SOFIA USMA
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