Había
una vez un hermoso bosque, lleno de lindos árboles con sabrosos frutos, en ese
lindo bosque había un castillo en el cuál vivía una princesa, el rey y la
reina.
La
princesa siempre salía a dar una vuelta en su unicornio llamada perla. Un día
la princesa salió de paseo y observó el bosque lleno de basura y muy
contaminado, ella al ver lo que estaba pasando llamó a todas las personas del
pueblo para que la ayudaran; entre todos los aldeanos recogieron la basura,
pero no sabían ni entendían quien lo había causado.
Pasaron
los días y la princesa vio una brujita pasar, la cual estaba tirando una bolsa
gigante de basura que se regó por todo el bosque. Por lo menos ya sabía quién
era la responsable de lo que venía sucediendo.
En
la tarde del día siguiente la princesa salió en su unicornio en busca de la
brujita para saber las razones por las cuales estaba contaminando el bosque.
Después de mucho rato encontró la cueva donde vivía, pero gran sorpresa se
llevó al entrar en ella y ver que la brujita estaba llorando sin consuelo
alguno.
La
princesa se le acercó y le preguntó - ¿Qué te pasa? La brujita se asustó mucho
a lo cual contestó – lloro porque estoy muy sola y sin un amigo para jugar.
Al escuchar esas palabras la princesa sintió
lastima y le ofreció su amistad, con la condición de no tirar más basuras a
ningún lugar del bosque para no contaminarlo.
La
bruja comprendió el valor de la amistad y el respeto por la naturaleza.
De
esta manera vivieron felices y disfrutaron de todo lo lindo y rico que el
bosque les ofrecía.
Fin
Autor: María Salomé Mejía Arias
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